sábado, 20 de julio de 2013

Minería y contaminación del agua

Todas las actividades humanas provocan efectos adversos sobre los ecosistemas terrestres y acuáticos. Debemos recordar que todos los desechos que se generan producto de actividades agrícolas, industriales, y urbanas terminan tarde o temprano en los ríos y océanos del planeta. En esta entrada trataremos algunos aspectos de la contaminación, específicamente por actividades mineras en el Ecuador. La preocupación del desarrollo de la actividad minera alrededor del mundo es creciente, Ecuador no es ajeno a esta problemática y conoce bien los efectos de la minería en áreas tradicionalmente mineras como Zaruma, Portovelo, Nambija y más reciente en la zona norte de Esmeraldas. El desarrollo de nuevas zonas mineras en la provincia de Morona Santiago está evidenciando la complejidad social, ambiental y económica que representa la actividad minera en zonas de alta biodiversidad, condiciones climáticas extremas, alta pobreza y débil capacidad de diálogo.
Relave minero en Zaruma. Foto: Juan Calles.
La propuesta del actual gobierno de impulsar la minería a gran escala en el Ecuador ha revivido el debate sobre la conveniencia o no de desarrollar esta actividad en el país. La posición de muchos grupos sociales y ambientalistas sobre este tema se expresa en frases como "La vida vale más que el oro", "No a la minería", "El agua no se vende", "Agua si, Minería No" entre otras. Por su parte desde la posición oficial se ha difundido la idea de la minería responsable y que se garantiza que las fuentes de agua no se verán afectadas. Contradictoriamente, no se puede realizar minería sin un alto consumo de agua para su desarrollo. De hecho, el propio Presidente de la República ha visitado zonas mineras concesionadas como las de Quimsacocha  y se ha indicado también que la extracción minera cumplirá las leyes ambientales y que se controlará los probables efectos adversos de esta actividad. Se confía en que la tecnificación de la minería a gran escala no provocará daños a los ecosistemas ni afectará a las fuente de agua.

En este sentido es importante resaltar algunos aspectos de como se realiza la extracción minera a gran escala de manera tradicional. El proceso de exploración es el menos agresivo ya que las empresas realizan perforaciones puntuales y estudios geológicos para determinar las reservas de un determinado yacimiento. Posteriormente, se inicia el proceso de explotación es cual es el más crítico y agresivo en términos ambientales dependiendo del tamaño de la explotación minera. Durante este proceso, cuando la explotación es a cielo abierto, se requiere retirar la capa vegetal superficial. Porsteriormente se requiere remover el suelo que no contiene ningún mineral de importancia para las empresas. En este punto ya se han movilizado millones de toneladas de material hacia zonas cercanas a la explotación. Posteriormente, luego de iniciar el proceso de extración de acuerdo al tipo de mineral, se requiere utilizar grandes cantidades de agua para un procesamiento inicial del material extraido. Luego de extraído el material útil, lo demás es colocado en relaves para su posterior uso, como puede ser rellenar algunas zonas donde sea posible con dicho material. Finalmente, luego de la explotación minera, que puede durar varias décadas, inician los proceso de recuperación de la zona, los cuales no siempre son exitosos debido a la cantidad de material extraído.

En zonas áridas como el desierto de Atacama en Chile, los efectos de la minería son realtivamente fáciles de manejar ya que la ausencia de lluvias en la zona no arrastra los residuos hacia otras zonas. En el Ecuador, esta situación es diferente ya que existen ríos, como el Amarillo, en la zona minera de Portovelo, en donde el arrastre de sedimentos a través de este río es constante. Esto ocurre en todas las zonas mineras del Ecuador, los sedimentos generados por la actividad minera junto con los químicos utilizados en esta actividad son arrastrados cientos de kilómetros río abajo y terminan depositados en las zonas de manglar, el océano pacífico o en la cuenca amazónica. Los sedimentos generados por la actividad minera más los procedentes de las zonas agrícolas y ganaderas provocan que los ríos de la Costa ecuatoriana tengan en su mayoría un exceso de sólidos suspendidos como muestran los resultados de la SENAGUA para la Cuenca del río Guayas.

La información sobre los efectos de la contaminación minera en el Ecuador son diversos y en muchos casos basados en datos sin fuentes de verificación. En el Ecuador, la actividad minera se ha desarrollado desde hace siglos, sin embargo, no existe una evaluación a nivel nacional de los efectos de esta actividad sobre la biodiversidad. Existen trabajos puntuales como los realizados por la Fundación Salud y Ambiente en el río Puyango quienes en su  reporte encontraron niveles altos de mercurio y plomo en los sedimentos. 

En los últimos años, debido a la preocupación de los habitantes locales de la provincia de Esmeraldas se han realizado algunas evaluaciones físico-químicas del agua por parte de SENAGUA. Estos análisis muestran elevadas concentraciones de aluminio en el agua y otros elementos que sobrepasan los límites permisibles para el agua. En este caso la contaminación está directamente realacionada a la minería ilegal a pequeña y mediana escala que se desarrolla en la zona norte de Esmeraldas. La Secretaría del Agua del Ecuador ha emitido informes en los que muestra los efectos de la minería en la calidad del agua de ríos como el Cayapas y Santiago.
Minería en Esmeraldas. Fuente: Diario La Hora
 Por otra parte los efectos de bioacumulación de metales pesados sobre los organismo acuáticos y las cadenas alimenticias es una de las mayores preocupaciones en la actualidad. El mercurio utilizado en el precesamiento de los metales es sin duda uno de los temas más analizados. La Escuela Politécnica Nacional ha estudiado la acumulación de mercurio en las aves en las cercanías de las zonas mineras de Puyango y Zaruma. Las concentraciones de mercurio encontradas en los músculos, hígado y plumas exceden en algunos casos los límites máximos permisibles. El siguiente video resume los resultados de este trabajo.

Video realizado por la Escuela Politécnica Nacional. 
Es fundamental que el debate sobre la minería a gran escala en el Ecuador analice las consecuencias sociales, ambientales y económicas y que se fundamente sobre observaciones, estudios e investigaciones a largo plazo que permitan llegar a conclusiones claras y valederas. La minería al igual que todas las actividades humanas tienen sus niveles de afectación sobre los ecosistemas y las poblaciones humanas. Por tanto, al momento de decidir si realizar o no la minería en el Ecuador se debe contar con un análisis integral de lo que podemos ganar y perder en el proceso. Vale recordar finalmente que la necesidad de nuevos minerales viene de la mano de nuestros patrones de consumo, a mayor necesidad de aparatos electrónicos, accesorios de vivienda, automóviles y todos los productos que requieren minerales, mayor será la necesidad de desarrollar minería en zonas frágiles como la Amazonía.     

sábado, 6 de abril de 2013

Consumo y uso del agua en el Ecuador

En una de las primeras entradas de este blog, presentabamos la disponibilidad de agua en el Ecuador. En esta ocasión quisiera compartir algunos conceptos sobre el Uso y Consumo de agua. En algunas ocasiones, estos términos se los usa como sinónimos, especialmente en los reportaje sobre el agua publicados por los medios de comunicación. Es crítico saber la diferencia si consideramos que en muchas ocasiones se habla sobre zonas con stress hídrico o escases de agua. Estas condiciones determinan muchas veces los lugares en donde se construyen nuevas represas o sistemas de riego.
Ciclo del agua
Lo primero que debemos recordar es que el agua es un recurso renovable, afortunadamente para nosotros, es decir a través de su ciclo, el agua se mueve alrededor del planeta en cualquiera de sus tres estados, sólido, líquido o gaseoso. El agua que hoy está presente en los océanos, ríos, lagunas y seres vivos ha circulado por millones de años en nuestro planeta. Básicamente al agua que hoy tomamos es la misma agua que tomaron los dinosaurios. Sin embargo, la calidad del agua es en las últimas décadas uno de los mayores limitantes para el uso del agua.
Uso del agua
Es la cantidad de agua que tomamos de una fuente (río, laguna o acuífero) que utilizamos para nuestras actividades, especialmente en las zonas urbanas, ya sea para uso doméstico o para uso industrial. En estos casos, un gran porcentaje del agua se devuelve a los ríos, en muchos casos contaminada. Un ejemplo del consumo de agua es el que hacemos en nuestro hogares, para lavar la ropa, limpiar los pisos, ducharnos, utilizamos una cantidad determinada al mes (5-30 m3 dependiendo del hogar) de los cuales más del 95% del agua la devolvemos a través del sistema de alcantarillado y finalmente llegan a los ríos que rodean las ciudades. Esto siginifica que usamos los 5 o 30 m3 para poder realizar nuestras actividades diarias en los hogares. Esta agua puede ser reutilizada, reciclada o tratada para ser aprovechada nuevamente.

Consumo del agua
El consumo del agua se refiere en cambio a la cantidad de agua que podemos extraer de una fuente (río, laguna o acuifero) y que no se devuelve a los ríos. Esto ocurre principalmente en las zonas agrícolas en donde el agua que utilizan las plantas se devuelve a la atmósfera a través de la evapotranspiración o la evaporación directa desde un reservorio o pasan a formar parte de las plantas (agua en tallos) y por tanto esta agua no puede ser reusada, reciclada o tratada. Esta cantidad de agua simplemente retorna a la atmósfera. Este tema es especialmente crítico ya que se estima que en el mundo el 70% del agua se utiliza en agricultura, y el 50% del agu se pierde por evapotranspiración de las plantas  o evaporación (WRI, 2013).

Por tanto, se requiere analizar y medir tanto el uso como el consumo del agua para tomar decisiones adecuadas en el manejo de una microcuenca. Esto es necesario considerar para el caso del Ecuador, ya que mucha del agua que se usa en actividades domésticas, industriales y agrícolas no recibe ningún tipo de tratamiento. Por tanto, al devolver agua contaminada a los ríos aumenta la posibilidad de estres hídrico por pérdida de la calidad del agua. Incluir la medición de uso y consumo del agua ayudará a una mejor gestión del agua y beneficiar a los usuarios del agua (urbanos y rurales) y a los ecosistemas que requieren agua para mantener sus funciones.

domingo, 28 de octubre de 2012

Agua Andes y Amazonía

En esta entrada quiero compartirles este video realizado por el Canal OEco y Finding Species sobre la relación del agua entre los Andes y la Amazonía en un viaje desde los páramos orientales hasta las planicies amazónicas.  El video "Andes Agua Amazonía" muestra el viaje del agua desde las zonas altas de los páramos del Ecuador hacia la región amazónica. Se evidencia la importancia del agua para los ecosistemas y las poblaciones humanas. El video evidencia algunos problemas que las comunidades deben afrontar debido a la contaminación del agua relacionada especialmente a la actividad petrolera y la ausencia de tratamiento de las aguas servidas de las poblaciones. 


Se debe reconocer que los ríos son más que la fuente de agua de las comunidades locales, son parte importante de su cultura, sus tradiciones, su vida diaria, pero sobre todo, los ríos son los ecosistemas más importantes para el mantenimiento de la biodversidad, tanto acuática como terrestre. Muy pocos trabajos como este se realizan en Ecuador y por tanto se necesita del apoyo de todos para que estas iniciativas se multipliquen. 

Más información sobre la realización de este video la pueden encontrar en el siguiente enlace: 


domingo, 14 de octubre de 2012

¿Por qué no usamos el agua lluvia?

La época invernal ha vuelto, y con ello muchos problemas en la red vial, inundaciones y pérdidas económicas. Sin embargo, muy poca de la lluvia es aprovechada en nuestros hogares. Pero este tema de las lluvias también me lleva a preguntar ¿Por qué no usamos el agua de lluvia?. La cantidad de agua que cae sobre cualquier parte del planeta se mide en milímetros (mm), cada milímetro de lluvia equivale a un litro de agua por metro cuadrado. Considerando este dato, por ejemplo, en el Distrito Metropolitano de Quito la cantidad de agua que cae cada año varía entre 400 y 2800 mm dependiendo de la zona del distrito en la que nos encontremos (Figura 1).

Considerando esto, si vivimos en el valle de los Chillos, la cantidad de agua que cae cada año es aproximadamente 1600 mm, esto significa que si pudiéramos colectar toda el agua que cae sobre una casa con un techo de 25 metros cuadrados, esa familia podría recolectar un total de 40 000 litros cada año, es decir 40 metros cúbicos. Un ahorro de aproximadamente 40 dólares anuales en nuestro consumo de agua.
Si realizamos la misma comparación para una persona que habita la zona de Calderón en donde llueve un promedio de 800 mm al año, una familia podría recolectar un total de 20 000 litros (20 metros cúbicos). 
El agua de lluvia tiene condiciones óptimas para utilizarse en actividades cotidianas como el lavado de los autos, el baño de las mascotas, la limpieza de los patios, el regadío de las plantas y jardines, para usarse en los escusados/retreres/inodoros. Entonces, ¿por qué no lo hacemos?, seguramente esto se relaciona a la abundancia de agua con la que cuenta la ciudad de Quito y otras ciudades de los Andes de Ecuador. Pero también existe una falta de legislación local para obligar a los edificios en construcción, unidades educativas y urbanizaciones nuevas a incluir este tipo de sistemas de colección de agua en sus planes de construcción. Esto ayudaría a reducir la necesidad de traer cada día más agua desde la vertiente oriental de los Andes con todos los costos que esto representa tanto ambiental como económicamente. 

Durante la época invernal, se podría reducir en al menos un 20% o más el consumo de agua de la ciudad si se pudieran establecer medidas de cosecha de agua en los techos de edificios y casas. Esto significaría un gran ahorro para la ciudad en transporte y potabilización del agua.

Siempre hay opciones para aportar desde nuestros hogares y negocios a reducir el consumo de agua. La cosecha de agua lluvia es una opción para ahorrar algo de dinero y aprovechar este recurso cada vez más escaso.

Les invito a utilizar esta calculadora para saber cuanta agua pueden colectar en sus techos o terrazas. Todos podemos aprovechar mejor los recursos naturales y aportar a la sostenibilidad de nuestro planeta.

jueves, 23 de agosto de 2012

Los bosques y el agua

Seguramente han escuchado, leído o les han contado que los árboles atraen el agua o producen agua. Esta es una afirmación casi generalizada cuando se habla de los árboles y bosques y su relación con el agua y en la creencia general casi se toma como un hecho. Sin embargo, este tema tiene que ser analizado y comprendido en todas las dimensiones para entender como los árboles usan y regulan el ciclo hidrológico. 
La FAO en su publicación 155 "Los bosques y el agua" señalan que "la investigación de hidrología forestal de hoy señala que la idea de que más árboles es igual a más agua (que inspiró la mayor parte de la política forestal e hidrológica) se basa en una concepción incorrecta del ciclo hidrológico en los ecosistemas forestales que, en realidad, consumen una gran cantidad de agua". La aplicación literal de "más árboles es igual a más agua" ha llevado a comenter errores grandes en los ecosistemas del mundo. En el Ecuador, la introducción de pinos en ecosistemas naturalmente ausentes de pinos ha mostrado un cambio en la disponibilidad de agua en esas cuencas como lo ha demostrado estudios realizados en el austro ecuatoriano.

Revisaremos algunas preguntas que pueden ayudar a aclarar este tema.

1) ¿Los bosques producen agua?
No, al igual que todos los organismos vivientes los árboles consumen agua. Dependiendo de la ubicación latitudinal y altitudinal de los árboles pueden consumir más o menos agua. Un árbol ubicado en el bosque húmedo tropical amazónico consume más agua que uno ubicado a 2000 metros en los andes. El consumo de agua depende también de la edad del árbol, los árboles en crecimiento consumen más agua que los árboles maduros. Comparativamente, los bosques consumen más agua que los pastos. El consumo de agua por parte de los bosques depende de la precipitación y temperatura donde se ubiquen los bosques. 

2) ¿Los bosques mejoran la calidad del agua?
Si, con algunas limitantes. Los bosques al mejorar la cobertura del suelo y retener con sus raíces el suelo, reduce la entrada de sedimentos en los cuerpos de agua, ayuda a aumentar la infiltración y por tanto reduce la velocidad de ingreso del agua proveniente de la lluvia a los ríos. En las zonas de recarga de acuíferos es fundamental mantener la cobertura boscosa para facilitar la infiltración del agua hacia los acuíferos.  Otro de los beneficios de la conservación de los bosques, especialamente los de ribera, es la protección de los cauces de los ríos, su presencia evita la destrucción de las orillas, funciona como un filtro de nutrientes provenientes de áreas de cultivos y es un refugio para las especies silvestres.

3) ¿Cómo ayudan los bosques a regular el ciclo hidrológico?
Como premisa, la presencia de bosques maduros siempre ayudarán a mantener en mejor condición la regulación de agua en las cuencas, ya que su desarrollo histórico se ha adaptado a las condiciones ambientales de la cuenca. Por esta razón, es mejor prevenir que lamentar, en los lugares en los cuales se mantiene la cobertura de bosques es mejor conservarla ya que los procesos de reforestación pueden provocar efectos adversos a los que se quieren lograr.  La mejor manera como aportan los bosques a regular el ciclo hidrológico es a través de la infiltración del agua hacia el subsuelo, además aumentan la superficie de absorción de agua y neblina con sus ramas y hojas. Estos procesos son especialmente importantes en los bosque nublados de los Andes. 
Bosque y neblina en el río Quijos
Por tanto, cuando se planteen programas de reforestación se deben considerar las consecuencias que las plantaciones pueden tener sobre el ciclo hidrológico. Hay que recordar que una plantación forestal en monocultivo NO es un bosque. Los bosques tienen valores muy altos de biodiversidad, lo cual no se puede comparar con un monocultivo de árboles. La conservación y manejo sustentable de los bosques debe considerar como un eje prioritario su relación con el ciclo hidrológico.