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miércoles, 22 de marzo de 2023

Día mundial del agua 2023: acelerar el cambio

 El Día Mundial del Agua es una celebración anual que se lleva a cabo cada 22 de marzo y fue establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1993, con el objetivo de concienciar sobre la importancia del agua dulce y la gestión sostenible de este importante recurso. Cada año, el Día Mundial del Agua se centra en un tema específico relacionado con el agua. Este año se centra en Acelerar el cambio,  con el objetivo de que la población reflexione sobre los desafíos y oportunidades en la gestión del agua. Este día también se utiliza para concienciar sobre los desafíos que enfrenta el planeta en cuanto a la gestión del agua, como la escasez de agua, la contaminación del agua y el cambio climático y para que la sociedad civil, los tomadores de decisiones, gobiernos y demás involucrados se involucren en el cuidado del agua y los ecosistemas que regulan su ciclo.

Laguna grande del Cuyabeno.

Si bien a nivel mundial hay avances importantes en cuanto al acceso al agua, millones de personas todavía sufren por contar con agua segura cada día, y Ecuador no es la excepción. Según datos del ARCA, en el año 2020, la cobertura promedio de agua potable fue de 79,28% (66-8% dependiendo de la zona) Por lo que para acelerar el cambio para mejorar la gestión y cobertura del agua, todavía queda un largo camino por recorrer, y quisiera compartir algunos de los desafíos que se deben considerar para su gestión.

1.-  Sequías e inundaciones: En el escenario actual, el cambio climático puede intensificar los eventos climáticos extremos, como las sequías e inundaciones, lo que puede afectar directamente la disponibilidad de agua para las comunidades y la agricultura. En Ecuador, el cambio climático puede aumentar la frecuencia e intensidad de estos eventos, lo que puede tener graves consecuencias para la seguridad alimentaria y la economía del país. Las recientes lluvias han demostrado la alta vulnerabilidad de la infraestructura del país para soportar lluvias intensas, con destrucción de carreteras, puentes, viviendas y las pérdidas económicas y de vidas que esto ocasiona. 

Áreas susceptibles de inundación en el Ecuador. Fuente: MAATE

2.- Degradación de los ecosistemas acuáticos: El cambio climático y la alta presión (contaminación, deforestación, ampliación de la frontera agrícola, minería, etc), a la que están sometidos los ecosistemas acuáticos también afectan la calidad del agua y la salud de los ecosistemas acuáticos en Ecuador. Las altas temperaturas pueden aumentar la proliferación de algas tóxicas y bacterias dañinas en los cuerpos de agua, lo que puede ser perjudicial para la salud humana y la biodiversidad. Además, la deforestación y la degradación del suelo pueden contribuir a la erosión del suelo y la sedimentación de los ríos, lo que puede afectar la calidad del agua y la vida acuática. Existen ejemplos claros de esta problemática a nivel nacional que complica una gestión adecuada de los recursos hídricos. 

Relave minero en Zaruma.

3.- Limitada coordinación y cooperación: En Ecuador persiste este desafío con una escasa cooperación y coordinación entre los diferentes actores involucrados en la gestión del agua en los diferentes niveles de gobierno. La gestión del agua implica a múltiples actores, como gobiernos locales, empresas, comunidades y organizaciones no gubernamentales. La falta de coordinación y cooperación entre estos actores puede dificultar la implementación de políticas y proyectos relacionados con la gestión del agua. La ley de recursos hídricos aprobada en 2008 no ha logrado concretar sus objetivos y ya se trabaja en una reforma que se está discutiendo en la actualidad, reflejando esta falta de cooperación para poner a funcionar temas claves como el caudal ecológico, la revisión de las autorizaciones de uso del agua o la mejora en la gestión de los sistemas de riego y agua para consumo humano. 

4.- Financiamiento: A pesar de las grandes inversiones desarrolladas en la década anterior. El sector de agua y saneamiento todavía mantiene un desafío en la falta de financiamiento para proyectos relacionados con la gestión del agua, si bien la cobertura de servicio de agua potable ha mejorado en Ecuador, temas como el financiamiento de plantas de tratamiento de aguas residuales todavía no se logra corregir a la escala deseada. La inversión en proyectos de gestión del agua es clave para asegurar un suministro de agua adecuado y sostenible a largo plazo. Sin embargo, la falta de recursos financieros es uno de los principales obstáculos para la implementación de proyectos de gestión del agua en Ecuador y sobre todo asegurar a largo plazo el financiamiento para operar y mantener sistemas que pueden ser costosos en el tiempo. 

5.- Uso eficiente del agua: Para abordar este desafío, se necesitan políticas y estrategias adecuadas para la gestión del agua, incluyendo la implementación de tecnologías y sistemas eficientes de riego, la promoción de prácticas de conservación del agua y la construcción de infraestructuras como presas y sistemas de almacenamiento que consideren la condiciones socio ambientales de cada región. Además, es importante fomentar la educación y conciencia sobre el uso responsable del agua entre la población. Adicionalmente, se requiere fortalecer los sistemas de monitoreo de la calidad y cantidad de agua a todo nivel para poder realizar una gestión adecuada del recurso con información de primera mano y actualizada. 

6.- Innovación e infraestructura: La falta de infraestructura y tecnología adecuadas para la gestión del agua es otro desafío importante en Ecuador. La mayoría de las comunidades rurales y algunas urbanas carecen de acceso a infraestructuras básicas de agua, como sistemas de tratamiento de agua potable y alcantarillado. Para abordar este desafío, se necesitan inversiones en infraestructura y tecnología para la gestión del agua, como sistemas de tratamiento de aguas residuales, sistemas de riego eficientes y sistemas de recolección y almacenamiento de agua de lluvia. Además, es importante promover la colaboración y la coordinación entre diferentes actores involucrados en la gestión del agua. 

Sin duda, acelerar el cambio a todo nivel es necesario para que la gestión del agua mejore en Ecuador y el mundo. Abordar los diversos desafíos y retos pendientes por solucionar requerirá un compromiso de todos los actores sociales e institucionales. Llamar a la acción parece obvio, sin embargo, la acción requiere de financiamiento, coordinación, información, e innovación. Las soluciones son diversas (AbE, Fondos de agua, MIC, APs, ACUS, APH, etc.) y ya se implementan acciones locales que deben servir para la reflexión de todos los actores interesados en una gestión sostenible del agua en Ecuador y el mundo. En un mundo cambiante, que sufre los impactos del cambio climático, el agua es uno de los sectores prioritarios para la adaptación y también es un sector que brinda muchas oportunidades para encontrar acuerdos que permitan brindar múltiples beneficios a los pobladores y los ecosistemas acuáticos.      

jueves, 18 de septiembre de 2014

Hidroeléctricas: ¿Pocas de gran capacidad o muchas de pequeña capacidad?

Con el crecimiento poblacional la demanda energética crece cada día en el Ecuador y el mundo. A diferencia de la tasa de crecimiento poblacional que en el Ecuador es del 1,52% anual, aproximadamente 18,24% en 12 años. En el mismo periodo, el crecimiento del consumo eléctrico pasó de 607 kWh/hab a 1054 kWh/hab anuales entre el año 2000 y 2012 (CONELEC, 2014), es decir un 58% de crecimiento. La demanda de energía eléctrica crece 3 veces más rápido que el número de personas en el Ecuador. Esta es una situación que se presenta por la mayor cantidad de aparatos eléctricos que poseemos en nuestros hogares y el crecimiento de las ciudades. El consumo en las industrias y en los hogares es el que más ha crecido en el país. 

Fuente: CONELEC, 2014

La demanda de energía eléctrica ha llevado al Ecuador a la construcción de varias centrales hidroeléctricas y el gobierno apuesta a generar en el 2016 el 90% de la energía eléctrica de los ecuatorianos a partir de proyectos hidroeléctricos (CELEC, 2014). Es aquí donde se juntan la necesidad de energía y la capacidad de los ecosistemas para regular la cantidad de agua que requieren todos los proyectos hidroeléctricos a niel nacional. En estas condiciones también surge la pregunta si ¿es mejor tener pocos proyectos hidroeléctricos que generen miles de megavatios por hora como Paute o muchos proyectos hidroeléctricos que generen pocos megavatios por hora?. Esta pregunta tienen muchas implicaciones sociales, ambientales, y económicas para el Ecuador y para la protección de los ecosistemas.  

Tipos de centrales hidroeléctricas
La necesidad de agua de cada central hidroeléctrica depende del diseño de la captación de agua que se defina para su construcción. El diseño depende de la disponibilidad de agua de la cuenca, las condiciones geológicas y los presupuestos disponibles. En el Ecuador se cuenta principalmente con 2 tipos de hidroeléctricas:

1) De agua fluyente o a filo de río. Estas centrales utilizan el agua disponible en el río, depende enteramente de la variación de caudales en la cuenca en donde se ubica. El proyecto Coca Codo Sinclair es un ejemplo de este tipo de central en Ecuador.


2) De embalse. Estas centrales utilizan un embalse para almacenar agua y pueden regular la cantidad de agua que se utiliza para la generación y pueden generar energía durante tiempos más prolongados si hay suficiente agua de reserva en el embalse. La central de Paute es de este tipo.
Fuente: CELEC, 2014
En el portafolio de proyectos hidroeléctricos se contemplan los proyectos construidos, en proyecto o en construcción. En el Ecuador existen un total de 54 hidroeléctricas en funcionamiento y 168 proyectos en construcción, desarrollo o portafolio. Los proyectos se encuentran principalmente ubicados en la vertiente amazónica del Ecuador. El siguiente mapa ilustra la ubicación de los proyectos a nivel nacional.


Ver mapa más grande Mapa de ubicación de proyectos hidroeléctricos en el Ecuador.


Efectos de las hidroeléctricas
Los efectos tanto positivos como negativos de las hidroeléctricas está ampliamente documentado a nivel mundial y en el neotrópico (M.P. McCartney, C. Sullivan and M.C. Acreman,2001; McCully, 2004; Anderson, et al. 2006; Finer y Jenkins, 2012). De los estudios realizados a nivel mundial se conoce que los principales efectos documentados son los siguientes:

- Pérdida de la conectividad longitudinal, río arriba con río abajo.
- Interrupción de los flujos migratorios de peces.
- Retención de sedimentos.
- Producción de gases de efecto invernadero, especialmente metano.
- Alteración del caudal ecológico y cambios en el régimen de los caudales.
- Deforestación asociada a la apertura de vías para la construcción de embalses y casas de máquinas.

Estos efectos se presentan tanto en hidroeléctricas pequeñas como grandes, la magnitud de los efectos son proporcionales al tamaño de las represas. En todos los casos en la fase de construcción se presentan los principales impactos, sin embargo durante la operación surgen los problemas relacionados a la producción de metano, acumulación de sedimentos, proliferación de especies invasivas especialmente en los embalses.

En muchos casos los ríos pequeños son los que mayores niveles de endemismo presentan y por tanto los efectos de la construcción de hidroeléctricas pequeñas en estos ríos puede representar la extinción de especies adaptadas a ambientes muy específicos. El caso del río Topo en Tungurahua con la presencia de la especie endémica Myriocolea irrorata es un ejemplo de una especie que crece únicamente en ríos de tamaño pequeño como el Topo que es un tributario del río Pastaza.

Otro caso en el cual la construcción de una hidroeléctrica "pequeña" es el del río Jondachi en la provincia de Napo. Este río es uno de los que mejor estado de conservación presenta y es un destino turístico muy importante para el desarrollo de actividades como kayak o rafting. El impulso del turismo en ríos como el Jondachi depende del mantenimiento del flujo natural del río y probablemente los beneficios de la hidroléctrica en términos de producción de electricidad se vean opacados por la pérdida de este escenario paisajistico y turístico de beneficio para las comunidades locales. 

En el Ecuador, el embalse que mayores impactos ambientales ha producido es la presa Daule-Peripa cuya contrucción desplazó a cientos de familias, inundó miles de hectareas y en la actualidad afronta problemas de reproducción masiva de lechuguines en el espejo de agua. Además, los fines para los que fue construida en los años 80 no se han cumplido en su totalidad.

Los proyectos hidroeléctricos que utilizan 2 o 3 veces el mismo caudal en una misma cuenca como el caso del río Paute o de Agoyán y San Francisco puede ser una opción más efectiva en terminos de generación de energía y de conservación de los ecosistemas. Esto es posible ya que se reduce la presión sobre otras cuencas que están en muy buen estado de conservación. 

Cambio climático
La generación hidroeléctrica dependerá de las condiciones climáticas futuras y el éxito o fracaso de los proyectos dependerá en gran parte de las condiciones del clima en escenarios de cambio climático. Las hidroeléctricas a filo de río son las más vulnerables a este fenómeno pues dependen completamente de la capacidad de regulación de los ecosistemas de páramo y bosque para el mantenimiento de los caudales de generación.

Ríos protegidos
El Ecuador posee un total de 52 áreas protegidas continentales que cubren aproximadamente el 20% del país. Sin embargo, estas áreas protegidas no se definieron considerando las conexiones entre los diferentes pisos altitudinales y más bien son islas de conservación en medio de áreas altamente intervenidas y degradadas. Los Parques Nacionales Cayambe-Coca, Reserva Antisana, Llanganates  o Sangay se presentan como islas de conservación en medio de un mosaico de producción agrícola y ciduades. Por esta razón es importante considerar la conectivadad longitudinal entre las zonas altas y bajas de los ríos y las áreas protegidas que permitan mantener la conectividad y el flujo de las especies acuáticas. Una de las alternativas para mantener esta conectividad es mediante los corredores riparios. Además, es importante que el Ecuador considere el establecimiento de ríos patrimoniales y protegidos que por su importancia cultural, social, económica y ecológica se mantengan libres de represas en su cauce. En la actualidad el Ecuador no ha considerado incluir un sistema  de rios protegidos lo cual debería ser una prioridad para el mantenimiendo de los valores previamente mencionados. 

Perspectivas
Es necesario priorizar los proyectos hidroeléctricos y su ubicación para construir aquellos que tenga el menor impacto posible y descartar proyectos que aunque sean pequeños en términos de generación eléctrica tienen efectos muy grandes sobre especies endémicas o actividades turísticas sustentables.

Se requiere contar con datos actualizados sobre el régimen hidrológico y su relación con las características ecológicas de los ríos antes de iniciar la construcción de este tipo de proyectos. Además, ningún proyecto hidroeléctrico debería ejecutarse sin contar con un análisis de los efectos del cambio climático sobre las cuencas en las cuales se ubican dichos proyectos.

Pero como en todos los casos, las acciones individuales son las que determinan los efectos en el ambiente en zonas muy distantes de nuestros hogares. Controlar el consumo eléctrico, incrementar la eficiencia y reducir el desperdicio de energía en nuestras casas tiene una relación directa con la conservación del agua y de los ecosistemas.

sábado, 20 de julio de 2013

Minería y contaminación del agua

Todas las actividades humanas provocan efectos adversos sobre los ecosistemas terrestres y acuáticos. Debemos recordar que todos los desechos que se generan producto de actividades agrícolas, industriales, y urbanas terminan tarde o temprano en los ríos y océanos del planeta. En esta entrada trataremos algunos aspectos de la contaminación, específicamente por actividades mineras en el Ecuador. La preocupación del desarrollo de la actividad minera alrededor del mundo es creciente, Ecuador no es ajeno a esta problemática y conoce bien los efectos de la minería en áreas tradicionalmente mineras como Zaruma, Portovelo, Nambija y más reciente en la zona norte de Esmeraldas. El desarrollo de nuevas zonas mineras en la provincia de Morona Santiago está evidenciando la complejidad social, ambiental y económica que representa la actividad minera en zonas de alta biodiversidad, condiciones climáticas extremas, alta pobreza y débil capacidad de diálogo.
Relave minero en Zaruma. Foto: Juan Calles.
La propuesta del actual gobierno de impulsar la minería a gran escala en el Ecuador ha revivido el debate sobre la conveniencia o no de desarrollar esta actividad en el país. La posición de muchos grupos sociales y ambientalistas sobre este tema se expresa en frases como "La vida vale más que el oro", "No a la minería", "El agua no se vende", "Agua si, Minería No" entre otras. Por su parte desde la posición oficial se ha difundido la idea de la minería responsable y que se garantiza que las fuentes de agua no se verán afectadas. Contradictoriamente, no se puede realizar minería sin un alto consumo de agua para su desarrollo. De hecho, el propio Presidente de la República ha visitado zonas mineras concesionadas como las de Quimsacocha  y se ha indicado también que la extracción minera cumplirá las leyes ambientales y que se controlará los probables efectos adversos de esta actividad. Se confía en que la tecnificación de la minería a gran escala no provocará daños a los ecosistemas ni afectará a las fuente de agua.

En este sentido es importante resaltar algunos aspectos de como se realiza la extracción minera a gran escala de manera tradicional. El proceso de exploración es el menos agresivo ya que las empresas realizan perforaciones puntuales y estudios geológicos para determinar las reservas de un determinado yacimiento. Posteriormente, se inicia el proceso de explotación es cual es el más crítico y agresivo en términos ambientales dependiendo del tamaño de la explotación minera. Durante este proceso, cuando la explotación es a cielo abierto, se requiere retirar la capa vegetal superficial. Porsteriormente se requiere remover el suelo que no contiene ningún mineral de importancia para las empresas. En este punto ya se han movilizado millones de toneladas de material hacia zonas cercanas a la explotación. Posteriormente, luego de iniciar el proceso de extración de acuerdo al tipo de mineral, se requiere utilizar grandes cantidades de agua para un procesamiento inicial del material extraido. Luego de extraído el material útil, lo demás es colocado en relaves para su posterior uso, como puede ser rellenar algunas zonas donde sea posible con dicho material. Finalmente, luego de la explotación minera, que puede durar varias décadas, inician los proceso de recuperación de la zona, los cuales no siempre son exitosos debido a la cantidad de material extraído.

En zonas áridas como el desierto de Atacama en Chile, los efectos de la minería son realtivamente fáciles de manejar ya que la ausencia de lluvias en la zona no arrastra los residuos hacia otras zonas. En el Ecuador, esta situación es diferente ya que existen ríos, como el Amarillo, en la zona minera de Portovelo, en donde el arrastre de sedimentos a través de este río es constante. Esto ocurre en todas las zonas mineras del Ecuador, los sedimentos generados por la actividad minera junto con los químicos utilizados en esta actividad son arrastrados cientos de kilómetros río abajo y terminan depositados en las zonas de manglar, el océano pacífico o en la cuenca amazónica. Los sedimentos generados por la actividad minera más los procedentes de las zonas agrícolas y ganaderas provocan que los ríos de la Costa ecuatoriana tengan en su mayoría un exceso de sólidos suspendidos como muestran los resultados de la SENAGUA para la Cuenca del río Guayas.

La información sobre los efectos de la contaminación minera en el Ecuador son diversos y en muchos casos basados en datos sin fuentes de verificación. En el Ecuador, la actividad minera se ha desarrollado desde hace siglos, sin embargo, no existe una evaluación a nivel nacional de los efectos de esta actividad sobre la biodiversidad. Existen trabajos puntuales como los realizados por la Fundación Salud y Ambiente en el río Puyango quienes en su  reporte encontraron niveles altos de mercurio y plomo en los sedimentos. 

En los últimos años, debido a la preocupación de los habitantes locales de la provincia de Esmeraldas se han realizado algunas evaluaciones físico-químicas del agua por parte de SENAGUA. Estos análisis muestran elevadas concentraciones de aluminio en el agua y otros elementos que sobrepasan los límites permisibles para el agua. En este caso la contaminación está directamente realacionada a la minería ilegal a pequeña y mediana escala que se desarrolla en la zona norte de Esmeraldas. La Secretaría del Agua del Ecuador ha emitido informes en los que muestra los efectos de la minería en la calidad del agua de ríos como el Cayapas y Santiago.
Minería en Esmeraldas. Fuente: Diario La Hora
 Por otra parte los efectos de bioacumulación de metales pesados sobre los organismo acuáticos y las cadenas alimenticias es una de las mayores preocupaciones en la actualidad. El mercurio utilizado en el precesamiento de los metales es sin duda uno de los temas más analizados. La Escuela Politécnica Nacional ha estudiado la acumulación de mercurio en las aves en las cercanías de las zonas mineras de Puyango y Zaruma. Las concentraciones de mercurio encontradas en los músculos, hígado y plumas exceden en algunos casos los límites máximos permisibles. El siguiente video resume los resultados de este trabajo.

Video realizado por la Escuela Politécnica Nacional. 
Es fundamental que el debate sobre la minería a gran escala en el Ecuador analice las consecuencias sociales, ambientales y económicas y que se fundamente sobre observaciones, estudios e investigaciones a largo plazo que permitan llegar a conclusiones claras y valederas. La minería al igual que todas las actividades humanas tienen sus niveles de afectación sobre los ecosistemas y las poblaciones humanas. Por tanto, al momento de decidir si realizar o no la minería en el Ecuador se debe contar con un análisis integral de lo que podemos ganar y perder en el proceso. Vale recordar finalmente que la necesidad de nuevos minerales viene de la mano de nuestros patrones de consumo, a mayor necesidad de aparatos electrónicos, accesorios de vivienda, automóviles y todos los productos que requieren minerales, mayor será la necesidad de desarrollar minería en zonas frágiles como la Amazonía.