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miércoles, 22 de marzo de 2017

El agua. ¿Recurso renovable ilimitado?

Hoy, como cada 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua, y parece que cada día la disponibilidad del agua es un tema que cobra mayor relevancia en la planificación local y en el desarrollo de los países. El agua es un recurso clave para el desarrollo de las comunidades, industrias y países, sin embargo, su escasez o exceso causa estragos en las vidas de los pobladores de la diversas regiones del mundo. Desde inicios de este año, las lluvias que se presentan en en centro y norte de Perú y en la costa ecuatoriana están produciendo graves consecuencias sobre la infraestructura y los medios de vida locales. De acuerdo a especialistas peruanos este fenómeno se lo ha denominado como El Niño Costero, ya que las lluvias se originan por un calentamiento del Océano Pacífico en las costas de Perú y Ecuador. Por otro lado, en países como Somalia la sequía de los últimos meses ha provocado la muerte de decenas de personas y pone en riesgo de hambruna a miles más.

Esta contradicción en la disponibilidad del agua en diversas regiones ha llevado a plantearse si la velocidad de renovación del agua en los diversos lugares ha alcanzado su límite y si se ha superado la capacidad de los ecosistemas naturales para regular el ciclo hidrológico. Por esta razón, en algunos casos se ha llegado a plantear que el agua es un recurso no renovable debido a que la velocidad a la cual retorna el agua a un determinado lugar es menor a la velocidad con la que se extrae el recurso. Esto es claro en el caso de los acuíferos subterráneos, en especial en aquellos ubicados en zonas desérticas, por lo que se considera como agua no renovable a escalas de tiempo humano, ya que lograr que dichos acuíferos vuelvan a llenarse puede tomar miles de años. Bajo estos argumentos el agua debería ser considerado un recurso no renovable, considerando sobre todo el tiempo de renovación.

Por otro lado, el agua se considera un recurso renovable ya que gracias al ciclo del agua, la cantidad de agua presente en el planeta se ha mantenido constante por miles de millones de años. Que la cantidad total de agua disponible a nivel mundial sea igual, no significa que los lugares en los que se encuentra almacenada hayan permanecido inalterados. El agua almacenada en aquíferos o glaciares ha cambiado a lo largo de la historia del planeta. Durante los periodos glaciares grandes zonas que en la actualidad son habitables, se encontraban bajo gruesas cubiertas de glaciar. Por tanto, es importante analizar algunas de las principales causas que limitan la renovación de la disponibilidad de agua a nivel global y sus repercusiones a nivel local.

Límites de la renovación 
1) Crecimiento poblacional
En el planeta habitamos un total de 7 mil 492 millones de personas (Worldodometer) y se calcula que para el año 2050 se alcance los 9 mil millones de habitantes. El crecimiento poblacional es el gran limitante en la capacidad de un sistema o de un ciclo como el del agua, que necesita de tiempo para su funcionamiento. Cuando las demandas locales de agua son mayores a la capacidad del sistema para recircular el agua, es inevitable que ocurra escasez de agua en una región determinada. Esta alta presión sobre el agua es directamente proporcional a la cantidad de personas que habitan en una región. Zonas del mundo como el sudeste asiático, China, India, tienen una baja disponibilidad de agua debido a la cantidad de personas que habitan en estos lugares. Otras zonas como el África Norte y subsahariana tienen una baja disponibilidad natural de agua debido a la poca precipitación que reciben. Por otro lado, en promedio países como Brasil, Ecuador, Colombia o América en general, tienen una mayor disponibilidad de agua por habitante. Por esta razón, la demanda de agua para suplir las necesidades de las personas limita la capacidad de los sistemas de mantener el agua como un recurso renovable en diversas regiones del mundo.
Fuente: Aquabook y WRI (2000).
2) Contaminación
Uno de los mayores problemas a nivel mundial es la contaminación del agua. La contaminación cada vez es más extendida y alcanza zonas como las fosas submarinas en donde se han encontrado restos de productos químicos en los sedimentos acumulados en estos lugares y en los organismos que habitan en estas profundidades. Esto es un ejemplo de la magnitud de la contaminación del agua a nivel mundial que alcanza lugares que no son habitados por el hombre pero que debido a la circulación global de los oceános, y los vientos llega a lugares antes no imaginados. Sin duda, la contaminación de origen orgánico o inorgánico es otro limitante para la renovación del agua. Ríos con aguas contaminadas como el Machángara, Cutuchi, Chibunga, Amarillo, y otros a nivel nacional, demuestran que la contaminación limita el acceso al agua en dichos lugares o hace que se utilice agua con altas concentraciones de contaminantes.
Quebrada contaminada Valle de los Chillos. Foto: Juan Calles L.
3) Degradación de los ecosistemas
Un componente fundamental en el funcionamiento del ciclo del agua en los ecosistemas terrestres es el estado de conservación de los ecosistemas. Es conocido que tanto los páramos como bosques juegan un rol fundamental en regular tanto la calidad como la calidad del agua. Sin embargo, en Ecuador entre el año 2008 y 2014 se perdieron un total de 47 497 hectáreas de bosque por año (MAE, 2015). Las consecuencia de la deforestación y degradación de los bosques se reflejan en cambios en los patrones locales de precipitación, reducción en la capacidad de regulación del ciclo del agua, aumento de deslizamientos, inundaciones más frecuentes y pérdida de biodiversidad asociada a estos ecosistemas. Consecuentemente, el deterioro de los ecosistemas limita el funcionamiento del ciclo del agua y afecta la disponibilidad de agua en cantidad y calidad suficientes para el uso y consumo a nivel nacional.
Cobertura y uso de la tierra en el Ecuador Continental. Fuente: MAE-MAGAP-2014
5) Cambio climático
Finalmente, el cambio climático como un fenómeno global, está afectando las corrientes marinas, aumenta la temperatura superficial del mar y por tanto afecta la cantidad de agua que precipita en las diversas regiones del país. Si bien, como ya se ha mencionado, la cantidad de agua disponible globalmente es la misma, la cantidad de agua presente a nivel local puede verse alterada por este fenómeno climático. De esta manera, el cambio climático se suma a la serie de factores previamente mencionados que afectan la renovación del agua a diferentes escales espaciales y temporales.

El mantenimiento de la calidad y cantidad de agua a nivel local será un reto que se debe enfrentar en los próximos años considerando las condiciones actuales y futuras del clima y del uso del agua que damos a nivel mundial.

Citar como: 
Calles, J. (Fecha de visita). Monitoreo de la calidad y cantidad del agua. Obtenido de: http://agua-ecuador.blogspot.com/2017/03/el-agua-recurso-renovable-ilimitado.html Blog El Agua en el Ecuador.

lunes, 14 de diciembre de 2015

Cambio climático: agua y ecosistemas

El cambio climático es uno de los temas de mayor relevancia en la actualidad y que definirá en gran medida cual será el nuevo clima para nuestra generación y las generaciones futuras. En estos días culminó la conferencias de las partes denominada COP21 en la cual los países lograron un acuerdo vinculante que permite limitar la emisión de gases de efecto invernadero y dar lugar a una reducción progresiva de Gases de Efecto Invernadero (GEI) que impida el incremento de más de 2°C en promedio de la temperatura a nivel mundial. El cambio climático es un proceso complejo y que se presente de diferentes maneras alrededor del mundo. El clima históricamente ha cambiado y seguirá cambiando como lo ha hecho por millones de años, lo que tiene de particular el cambio climático actual es la velocidad a la cual está ocurriendo. A partir del inicio de la revolución industrial en el siglo XIX las concentraciones de CO2 se han incrementado hasta alcanzar este año un valor de 400 ppm. Esto no se había registrado en los últimos 800 mil años y de acuerdo a los registros realizados, el incremento de la concentración de CO2 está directamente relacionado al incremento de la temperatura global.
Incremento de concentración de CO2 en el observatorio Mauna Loa en Hawaii. Fuente: NOAA
Sin embargo, un tema de análisis para la conservación de los ecosistemas, la biodiversidad y la repercusión en la disponibilidad de agua en las diversas regiones del mundo, es justamente entender que significa un aumento de temperatura y concentración de CO2 en los ecosistemas y como medirlo. La temperatura y la precipitación junto con característticas geográficas han determinado la distribución de los ecosistemas a nivel mundial. Las zonas ubicadas en la zona tropical del planeta como es el caso del Ecuador, presenta una estabilidad de temperatura a lo largo del año por lo que no se presentan estaciones climáticas marcadas como en las zonas templadas del mundo. La cantidad de lluvia que recibe nuestro país está estrechamente relacionada a la presencia de las corrientes marinas cálida tropical del Pacífico y la fría de Humboldt que viene desde el sur del continente. Adicionalmente, las grandes masas de humedad generadas en la Amazonía y arrastradas por el viento hacia los Andes provoca gran cantidad de la lluvias que ocurren sobre nuestro país. En este sentido el rol de la Amazonía sobre la disponibilidad de agua en Ecuador se visualiza en el siguiente video elaborado por la NASA en base a las observaciones del satélite de la misión GPM (Global Precipitation Measurement). En este caso el rol del ecosistema amazónico es clave en la actualidad para mantener las lluvias, en un escenario de cambio climático con un incremento de 1 o 2°C el ciclo del agua en la Amazonía se vería afectado y por consiguiente un cambio en la humedad amazónica tendría consecuencias adversas sobre la disponibilidad de agua en Ecuador. 
 
La respuesta de los ecosistemas al aumento de temperatura y de CO2 es aun un tema de debate debido a la falta de investigaciones a largo plazo en los ecosistemas de interés. En general, se considera que los ecosistemas ampliarían o reducirían sus rangos de distribución dependiendo de su ubicación y del grado de fragmentación  en el que se encuentren. En Ecuador, un ecosistema crítico para la provisión de agua para las comunidades locales es el páramo. Este ecosistema tiene una alta capacidad de regulación del ciclo del agua, es decir almacena agua en las épocas lluviosas para liberar el agua en épocas secas. Sin embargo, esta capacidad está relacionada en gran parte a la baja temperatura del páramo lo que limita la evaporación y evapotranspiración del agua y por tanto favorece un menor consumo de agua por parte de la vegetación de páramo. En un escenario de cambio climático considerando exclusivamente un incremento de temperatura, esto llevará a un mayor consumo de agua por parte de la vegetación del páramo y también a un proceso de cambio en la composición de especies, reemplazando paulativamente los pajonales por arbustos y árboles en las zonas más bajas del límite del páramo. A mediano y largo plazo, este incremento adicional en el consumo de agua por parte del ecosistema páramo debido al aumento de la temperatura, reducirá la cantidad de agua disponible para las comunidades que dependen del páramo para su provisión de agua. Este es solamente un ejemplo de los potenciales efectos de un incremento de temperatura en un ecosistema emblemático de los Andes ecuatorianos. 
En el otro extremo, en el ecosistema manglar, las consecuencias del cambio climático están relacionadas principalmente al aumento del nivel del mar, la acidificación del océano y el aumento de la temperatura del agua. La combinación de estos tres factores pone a este ecosistema en alto riesgo de permanencia a largo plazo, un aumento del nivel del mar significa un cambio paulatino en las condiciones de salinidad de los estuarios, es decir, cada vez el agua en esta zona costera cambiará de su condición habitual. Las especies que han evolucionado a estas condiciones son muy frágiles y su permanencia depende de un equilibrio entre el agua salada y dulce que se mezcla en esta zona. Un cambio en la acidez del agua hacia un pH más ácido siginifica un cambio en la capacidad de las especies marinas para crear sus caparazones. Como responderán las especies de plancton y fitoplancton a la combinación de estos tres factores en la zona marina es aun un tema en estudio.    

Los retos de información
El punto más importante para entender los potenciales efectos del cambio climático sobre los ecosistemas, las especies y el agua es la limitada información con la que se cuenta al momento de tratar de entender estos impactos. Los datos hidrometeorológicos fundamentales para diferenciar la variabilidad climática normal del cambio climático son muy escasos y de difícil acceso. Si a esto le sumamos la falta de estudios sobre ecología funcional y que sean a largo plazo, las observaciones de los impactos se dan más por percepciones de los habitantes locales que visualizan cambios en los ecosistemas que por una recopilación sistemática de información. En este punto es importante un compromiso de establecer estudios a largo plazo para determinar el efecto de las variables climáticas sobre el comportamiento de las especies y sobre su capacidad de adaptarse a las nuevas condiciones.

Los Andes, un laboratorio para el cambio climático
Si bien los ecosistemas de montaña son vulnerables a los efectos del cambio climático, también brindan una oportunidad para establecer sitios de monitoreo permanente para observar los cambios en los ecosistemas. La alta variabilidad altitudinal y de los patrones de precipitación permiten contar con diferentes combinaciones de precipitación, altitud y temperatura. Esto permitiría comparar las condiciones actuales con las que muestran los escenarios obtenidos de los modelos de circulación global. Esta alta varibilidad permitiría visualizar en la actualidad potenciales condiciones futuras y servirían para adoptar medidas de adaptación adecuadas al cambio climático.

De la capacidad que tengamos para medir los impactos del cambio climático sobre el agua y los ecosistemas dependerán las medidas que se adopten para la conservación de los ecosistemas y los servicios ambientales que estos proveen a las comunidades locales.

Calles, J. (Fecha de visita). Cambio climático: agua y ecosistemas. Obtenido de: http://www.agua-ecuador.blogspot.com/2015/12/cambio-climatico-agua-y-ecosistemas.html Blog Agua en el Ecuador.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Hidroeléctricas: ¿Pocas de gran capacidad o muchas de pequeña capacidad?

Con el crecimiento poblacional la demanda energética crece cada día en el Ecuador y el mundo. A diferencia de la tasa de crecimiento poblacional que en el Ecuador es del 1,52% anual, aproximadamente 18,24% en 12 años. En el mismo periodo, el crecimiento del consumo eléctrico pasó de 607 kWh/hab a 1054 kWh/hab anuales entre el año 2000 y 2012 (CONELEC, 2014), es decir un 58% de crecimiento. La demanda de energía eléctrica crece 3 veces más rápido que el número de personas en el Ecuador. Esta es una situación que se presenta por la mayor cantidad de aparatos eléctricos que poseemos en nuestros hogares y el crecimiento de las ciudades. El consumo en las industrias y en los hogares es el que más ha crecido en el país. 

Fuente: CONELEC, 2014

La demanda de energía eléctrica ha llevado al Ecuador a la construcción de varias centrales hidroeléctricas y el gobierno apuesta a generar en el 2016 el 90% de la energía eléctrica de los ecuatorianos a partir de proyectos hidroeléctricos (CELEC, 2014). Es aquí donde se juntan la necesidad de energía y la capacidad de los ecosistemas para regular la cantidad de agua que requieren todos los proyectos hidroeléctricos a niel nacional. En estas condiciones también surge la pregunta si ¿es mejor tener pocos proyectos hidroeléctricos que generen miles de megavatios por hora como Paute o muchos proyectos hidroeléctricos que generen pocos megavatios por hora?. Esta pregunta tienen muchas implicaciones sociales, ambientales, y económicas para el Ecuador y para la protección de los ecosistemas.  

Tipos de centrales hidroeléctricas
La necesidad de agua de cada central hidroeléctrica depende del diseño de la captación de agua que se defina para su construcción. El diseño depende de la disponibilidad de agua de la cuenca, las condiciones geológicas y los presupuestos disponibles. En el Ecuador se cuenta principalmente con 2 tipos de hidroeléctricas:

1) De agua fluyente o a filo de río. Estas centrales utilizan el agua disponible en el río, depende enteramente de la variación de caudales en la cuenca en donde se ubica. El proyecto Coca Codo Sinclair es un ejemplo de este tipo de central en Ecuador.


2) De embalse. Estas centrales utilizan un embalse para almacenar agua y pueden regular la cantidad de agua que se utiliza para la generación y pueden generar energía durante tiempos más prolongados si hay suficiente agua de reserva en el embalse. La central de Paute es de este tipo.
Fuente: CELEC, 2014
En el portafolio de proyectos hidroeléctricos se contemplan los proyectos construidos, en proyecto o en construcción. En el Ecuador existen un total de 54 hidroeléctricas en funcionamiento y 168 proyectos en construcción, desarrollo o portafolio. Los proyectos se encuentran principalmente ubicados en la vertiente amazónica del Ecuador. El siguiente mapa ilustra la ubicación de los proyectos a nivel nacional.


Ver mapa más grande Mapa de ubicación de proyectos hidroeléctricos en el Ecuador.


Efectos de las hidroeléctricas
Los efectos tanto positivos como negativos de las hidroeléctricas está ampliamente documentado a nivel mundial y en el neotrópico (M.P. McCartney, C. Sullivan and M.C. Acreman,2001; McCully, 2004; Anderson, et al. 2006; Finer y Jenkins, 2012). De los estudios realizados a nivel mundial se conoce que los principales efectos documentados son los siguientes:

- Pérdida de la conectividad longitudinal, río arriba con río abajo.
- Interrupción de los flujos migratorios de peces.
- Retención de sedimentos.
- Producción de gases de efecto invernadero, especialmente metano.
- Alteración del caudal ecológico y cambios en el régimen de los caudales.
- Deforestación asociada a la apertura de vías para la construcción de embalses y casas de máquinas.

Estos efectos se presentan tanto en hidroeléctricas pequeñas como grandes, la magnitud de los efectos son proporcionales al tamaño de las represas. En todos los casos en la fase de construcción se presentan los principales impactos, sin embargo durante la operación surgen los problemas relacionados a la producción de metano, acumulación de sedimentos, proliferación de especies invasivas especialmente en los embalses.

En muchos casos los ríos pequeños son los que mayores niveles de endemismo presentan y por tanto los efectos de la construcción de hidroeléctricas pequeñas en estos ríos puede representar la extinción de especies adaptadas a ambientes muy específicos. El caso del río Topo en Tungurahua con la presencia de la especie endémica Myriocolea irrorata es un ejemplo de una especie que crece únicamente en ríos de tamaño pequeño como el Topo que es un tributario del río Pastaza.

Otro caso en el cual la construcción de una hidroeléctrica "pequeña" es el del río Jondachi en la provincia de Napo. Este río es uno de los que mejor estado de conservación presenta y es un destino turístico muy importante para el desarrollo de actividades como kayak o rafting. El impulso del turismo en ríos como el Jondachi depende del mantenimiento del flujo natural del río y probablemente los beneficios de la hidroléctrica en términos de producción de electricidad se vean opacados por la pérdida de este escenario paisajistico y turístico de beneficio para las comunidades locales. 

En el Ecuador, el embalse que mayores impactos ambientales ha producido es la presa Daule-Peripa cuya contrucción desplazó a cientos de familias, inundó miles de hectareas y en la actualidad afronta problemas de reproducción masiva de lechuguines en el espejo de agua. Además, los fines para los que fue construida en los años 80 no se han cumplido en su totalidad.

Los proyectos hidroeléctricos que utilizan 2 o 3 veces el mismo caudal en una misma cuenca como el caso del río Paute o de Agoyán y San Francisco puede ser una opción más efectiva en terminos de generación de energía y de conservación de los ecosistemas. Esto es posible ya que se reduce la presión sobre otras cuencas que están en muy buen estado de conservación. 

Cambio climático
La generación hidroeléctrica dependerá de las condiciones climáticas futuras y el éxito o fracaso de los proyectos dependerá en gran parte de las condiciones del clima en escenarios de cambio climático. Las hidroeléctricas a filo de río son las más vulnerables a este fenómeno pues dependen completamente de la capacidad de regulación de los ecosistemas de páramo y bosque para el mantenimiento de los caudales de generación.

Ríos protegidos
El Ecuador posee un total de 52 áreas protegidas continentales que cubren aproximadamente el 20% del país. Sin embargo, estas áreas protegidas no se definieron considerando las conexiones entre los diferentes pisos altitudinales y más bien son islas de conservación en medio de áreas altamente intervenidas y degradadas. Los Parques Nacionales Cayambe-Coca, Reserva Antisana, Llanganates  o Sangay se presentan como islas de conservación en medio de un mosaico de producción agrícola y ciduades. Por esta razón es importante considerar la conectivadad longitudinal entre las zonas altas y bajas de los ríos y las áreas protegidas que permitan mantener la conectividad y el flujo de las especies acuáticas. Una de las alternativas para mantener esta conectividad es mediante los corredores riparios. Además, es importante que el Ecuador considere el establecimiento de ríos patrimoniales y protegidos que por su importancia cultural, social, económica y ecológica se mantengan libres de represas en su cauce. En la actualidad el Ecuador no ha considerado incluir un sistema  de rios protegidos lo cual debería ser una prioridad para el mantenimiendo de los valores previamente mencionados. 

Perspectivas
Es necesario priorizar los proyectos hidroeléctricos y su ubicación para construir aquellos que tenga el menor impacto posible y descartar proyectos que aunque sean pequeños en términos de generación eléctrica tienen efectos muy grandes sobre especies endémicas o actividades turísticas sustentables.

Se requiere contar con datos actualizados sobre el régimen hidrológico y su relación con las características ecológicas de los ríos antes de iniciar la construcción de este tipo de proyectos. Además, ningún proyecto hidroeléctrico debería ejecutarse sin contar con un análisis de los efectos del cambio climático sobre las cuencas en las cuales se ubican dichos proyectos.

Pero como en todos los casos, las acciones individuales son las que determinan los efectos en el ambiente en zonas muy distantes de nuestros hogares. Controlar el consumo eléctrico, incrementar la eficiencia y reducir el desperdicio de energía en nuestras casas tiene una relación directa con la conservación del agua y de los ecosistemas.

sábado, 20 de julio de 2013

Minería y contaminación del agua

Todas las actividades humanas provocan efectos adversos sobre los ecosistemas terrestres y acuáticos. Debemos recordar que todos los desechos que se generan producto de actividades agrícolas, industriales, y urbanas terminan tarde o temprano en los ríos y océanos del planeta. En esta entrada trataremos algunos aspectos de la contaminación, específicamente por actividades mineras en el Ecuador. La preocupación del desarrollo de la actividad minera alrededor del mundo es creciente, Ecuador no es ajeno a esta problemática y conoce bien los efectos de la minería en áreas tradicionalmente mineras como Zaruma, Portovelo, Nambija y más reciente en la zona norte de Esmeraldas. El desarrollo de nuevas zonas mineras en la provincia de Morona Santiago está evidenciando la complejidad social, ambiental y económica que representa la actividad minera en zonas de alta biodiversidad, condiciones climáticas extremas, alta pobreza y débil capacidad de diálogo.
Relave minero en Zaruma. Foto: Juan Calles.
La propuesta del actual gobierno de impulsar la minería a gran escala en el Ecuador ha revivido el debate sobre la conveniencia o no de desarrollar esta actividad en el país. La posición de muchos grupos sociales y ambientalistas sobre este tema se expresa en frases como "La vida vale más que el oro", "No a la minería", "El agua no se vende", "Agua si, Minería No" entre otras. Por su parte desde la posición oficial se ha difundido la idea de la minería responsable y que se garantiza que las fuentes de agua no se verán afectadas. Contradictoriamente, no se puede realizar minería sin un alto consumo de agua para su desarrollo. De hecho, el propio Presidente de la República ha visitado zonas mineras concesionadas como las de Quimsacocha  y se ha indicado también que la extracción minera cumplirá las leyes ambientales y que se controlará los probables efectos adversos de esta actividad. Se confía en que la tecnificación de la minería a gran escala no provocará daños a los ecosistemas ni afectará a las fuente de agua.

En este sentido es importante resaltar algunos aspectos de como se realiza la extracción minera a gran escala de manera tradicional. El proceso de exploración es el menos agresivo ya que las empresas realizan perforaciones puntuales y estudios geológicos para determinar las reservas de un determinado yacimiento. Posteriormente, se inicia el proceso de explotación es cual es el más crítico y agresivo en términos ambientales dependiendo del tamaño de la explotación minera. Durante este proceso, cuando la explotación es a cielo abierto, se requiere retirar la capa vegetal superficial. Porsteriormente se requiere remover el suelo que no contiene ningún mineral de importancia para las empresas. En este punto ya se han movilizado millones de toneladas de material hacia zonas cercanas a la explotación. Posteriormente, luego de iniciar el proceso de extración de acuerdo al tipo de mineral, se requiere utilizar grandes cantidades de agua para un procesamiento inicial del material extraido. Luego de extraído el material útil, lo demás es colocado en relaves para su posterior uso, como puede ser rellenar algunas zonas donde sea posible con dicho material. Finalmente, luego de la explotación minera, que puede durar varias décadas, inician los proceso de recuperación de la zona, los cuales no siempre son exitosos debido a la cantidad de material extraído.

En zonas áridas como el desierto de Atacama en Chile, los efectos de la minería son realtivamente fáciles de manejar ya que la ausencia de lluvias en la zona no arrastra los residuos hacia otras zonas. En el Ecuador, esta situación es diferente ya que existen ríos, como el Amarillo, en la zona minera de Portovelo, en donde el arrastre de sedimentos a través de este río es constante. Esto ocurre en todas las zonas mineras del Ecuador, los sedimentos generados por la actividad minera junto con los químicos utilizados en esta actividad son arrastrados cientos de kilómetros río abajo y terminan depositados en las zonas de manglar, el océano pacífico o en la cuenca amazónica. Los sedimentos generados por la actividad minera más los procedentes de las zonas agrícolas y ganaderas provocan que los ríos de la Costa ecuatoriana tengan en su mayoría un exceso de sólidos suspendidos como muestran los resultados de la SENAGUA para la Cuenca del río Guayas.

La información sobre los efectos de la contaminación minera en el Ecuador son diversos y en muchos casos basados en datos sin fuentes de verificación. En el Ecuador, la actividad minera se ha desarrollado desde hace siglos, sin embargo, no existe una evaluación a nivel nacional de los efectos de esta actividad sobre la biodiversidad. Existen trabajos puntuales como los realizados por la Fundación Salud y Ambiente en el río Puyango quienes en su  reporte encontraron niveles altos de mercurio y plomo en los sedimentos. 

En los últimos años, debido a la preocupación de los habitantes locales de la provincia de Esmeraldas se han realizado algunas evaluaciones físico-químicas del agua por parte de SENAGUA. Estos análisis muestran elevadas concentraciones de aluminio en el agua y otros elementos que sobrepasan los límites permisibles para el agua. En este caso la contaminación está directamente realacionada a la minería ilegal a pequeña y mediana escala que se desarrolla en la zona norte de Esmeraldas. La Secretaría del Agua del Ecuador ha emitido informes en los que muestra los efectos de la minería en la calidad del agua de ríos como el Cayapas y Santiago.
Minería en Esmeraldas. Fuente: Diario La Hora
 Por otra parte los efectos de bioacumulación de metales pesados sobre los organismo acuáticos y las cadenas alimenticias es una de las mayores preocupaciones en la actualidad. El mercurio utilizado en el precesamiento de los metales es sin duda uno de los temas más analizados. La Escuela Politécnica Nacional ha estudiado la acumulación de mercurio en las aves en las cercanías de las zonas mineras de Puyango y Zaruma. Las concentraciones de mercurio encontradas en los músculos, hígado y plumas exceden en algunos casos los límites máximos permisibles. El siguiente video resume los resultados de este trabajo.

Video realizado por la Escuela Politécnica Nacional. 
Es fundamental que el debate sobre la minería a gran escala en el Ecuador analice las consecuencias sociales, ambientales y económicas y que se fundamente sobre observaciones, estudios e investigaciones a largo plazo que permitan llegar a conclusiones claras y valederas. La minería al igual que todas las actividades humanas tienen sus niveles de afectación sobre los ecosistemas y las poblaciones humanas. Por tanto, al momento de decidir si realizar o no la minería en el Ecuador se debe contar con un análisis integral de lo que podemos ganar y perder en el proceso. Vale recordar finalmente que la necesidad de nuevos minerales viene de la mano de nuestros patrones de consumo, a mayor necesidad de aparatos electrónicos, accesorios de vivienda, automóviles y todos los productos que requieren minerales, mayor será la necesidad de desarrollar minería en zonas frágiles como la Amazonía.