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lunes, 6 de marzo de 2023

Las inundaciones, más allá de la infraestructura.

La época lluviosa ha llegado al Ecuador y con ello, las inundaciones de diversas áreas tanto en las zonas urbanas como en las zonas rurales. Las inundaciones en muchos años coinciden con la presencia del fenómeno de "El Niño costero" en las costas ecuatorianas y la época invernal estacional (Diciembre-Mayo). Las inundaciones pueden provocar millones de dólares en daños, desplazar familias y destruir los medios de vida de las personas. Esta es la razón por la cual los gobiernos a nivel nacional y local han invertido miles de millones de dólares para tratar de controlar las inundaciones, especialmente en la región costa del país, y a pesar de estos esfuerzos, las inundaciones son recurrentes y vuelven a suceder en mayor o menor magnitud en cada temporada invernal. Más allá de analizar las deficiencias de los municipios y otros niveles de gobierno para manejar las inundaciones, quisiera enfocarme en analizar en un contexto más amplio del por qué ocurren inundaciones en ciertas zonas más que en otras desde una perspectiva ecosistémica. Para comprender el fenómeno de las inundaciones debemos entender como funcionan los ríos en los países tropicales y las zonas andinas. Los ríos son sistemas complejos que modelan los paisajes en los lugares en los cuales están presentes y dependiendo de su ubicación, de la cuenca en la cual se desarrollan y el volumen de precipitación que reciben pueden ser ríos temporales o permanentes. La siguiente animación muestra el cambio de curso de un afluente del río Amazonas entre 1985 y 2010 y demuestra lo dinámicos que son los ríos y por tanto, lo complejo que es tratar de "controlar" ríos de este tipo.
Animación de tributario de río Amazonas entre 1985 y 2015. Fuente: acrocanthosaurus

En Ecuador, es común encontrar, sobre todo en la Costa, ríos que en los meses secos entre junio a octubre apenas tienen agua o en algunos casos no tienen agua y son más bien convertidos muchas veces en sitios para el desecho de desperdicios, basura y aguas servidas. Estos drenajes naturales también son taponados, encausados, desviados, o incluso rellenados para dar paso a viviendas o el desarrollo de infraestructura vial o incluso parques lineales. Sin embargo, en las épocas lluviosas, estos drenajes naturales obstruidos, modificados o rellenados se convierten en el peor enemigo de las personas, ya que el agua al no tener su drenaje natural para moverse, inunda zonas en las orillas de los ríos y afecta a estas familias y sus pertenencias. Estos problemas se agudizan con la falta de planificación local y el desarrollo desordenado de barrios ligados comúnmente a la pobreza de las personas que ubican sus viviendas en estas zonas. Es importante destacar que el cambio climático puede provocar eventos extremos más frecuentes y precipitaciones más intensas que incrementan las probabilidades de que las crecidas de los ríos sean más fuertes y destructivas.

Por otro lado, desde una perspectiva de conservación de la naturaleza y funcionanmiento de los ecosistemas, los organismos acuáticos que dependen de estos ríos han desarrollado estrategias para sobrevivir las épocas secas y aprovechar las épocas de lluvia para recolonizar estos ríos y migrar río arriba para su reproducción. En este sentido, las épocas de crecida de los ríos marcan una importante señal para los organismos que dependen de los mismos. Además, las áreas de inundación naturales son fundamentales para la dispersión de semillas y el movimiento de especies acuáticas, especialmente en planicies como en la Amazonía ecuatoriana.

Es necesario, por tanto, considerar soluciones más integrales y sostenibles para el manejo de las inundaciones, que no se limiten a la construcción de infraestructura, como muros o canales. En lugar de invertir cientos de millones de dólares en la construcción de infraestructura, se deben buscar soluciones basadas en la naturaleza que fortalezcan la resiliencia de los ecosistemas y la capacidad de adaptación de las comunidades locales, considerando las condiciones ambientales, sociales, y económicas de cada lugar. 

En el siguiente mapa se pueden identificar cuales son las zonas del país que son propensas a inundaciones y cuales son áreas naturales de inundación permanente como el caso de los manglares y los bosques inundados de la Amazonía baja. La Secretaría de Gestión de riesgos también presenta un Mapa de monitoreo de inundaciones e indica los cantones que pueden verse afectados (SGR).
Zonas de inundación a nivel nacional. Rojo: Áreas inundación permanente. Anaranjado: Áreas propensas a inundaciones. Verde: Áreas inundables en épocas lluviosas. Fuente: MAE.


Las soluciones basadas en la naturaleza (SbN) propuestas por la UICN, son una alternativa efectiva y sostenible para mitigar los impactos de las inundaciones en las comunidades. A diferencia de las soluciones de infraestructura convencionales, las SbN aprovechan los procesos naturales para restaurar los ecosistemas y mejorar la capacidad de la naturaleza para resistir y recuperarse de los eventos climáticos extremos.

Una de las principales ventajas de las SbN es que son menos costosas que las soluciones de infraestructura, lo que las convierte en una opción atractiva para países como el Ecuador con limitaciones presupuestarias para la construcción de infraestructura. Además, estas soluciones no solo reducen el riesgo de inundaciones, sino que también ofrecen una amplia gama de beneficios ecosistémicos que incluyen la mejora de la calidad del agua, la reducción de la erosión del suelo y el aumento de la biodiversidad, contribuyendo a una recuperación del paisaje y otros beneficios complementarios. 

A continuación, se describen algunas soluciones basadas en la naturaleza que se pueden implementar para mitigar los impactos de las inundaciones en el país:

Restauración de humedales: Los humedales (lagunas, ríos, manglares, bofedales) actúan como esponjas naturales y pueden absorber grandes cantidades de agua durante las inundaciones. Además, estos ecosistemas proporcionan un hábitat para una gran cantidad de especies y son importantes para el mantenimiento de la calidad del agua. La restauración de los humedales, incluyendo la eliminación de especies invasoras, la plantación de especies nativas y la mejora de la calidad del agua, puede ayudar a reducir el riesgo de inundaciones. 

Creación de corredores verdes: La creación de corredores verdes, como parques y áreas verdes, bosques riparios, pueden ayudar a reducir el riesgo de inundaciones en áreas urbanas. Estos corredores pueden absorber grandes cantidades de agua y reducir el flujo de agua hacia zonas más vulnerables. Además, estos espacios verdes proporcionan una amplia gama de beneficios ecosistémicos, incluyendo la reducción de la contaminación del aire y la mejora de la calidad de vida de los habitantes de la ciudad.

Restauración de ríos y arroyos: La restauración de ríos y arroyos puede reducir el riesgo de inundaciones y mejorar la calidad del agua. Las prácticas de restauración pueden incluir la eliminación de obstáculos, la plantación de árboles y la creación de zonas de retención de agua. Estas prácticas no solo mejoran la capacidad del ecosistema para resistir y recuperarse de las inundaciones, sino que también proporcionan un hábitat para la fauna y la flora local.

Implementación de prácticas de agricultura sostenible: La implementación de prácticas de agricultura sostenible, como la agricultura de conservación y la rotación de cultivos, puede reducir el riesgo de inundaciones y mejorar la calidad del suelo. Estas prácticas ayudan a retener el agua en el suelo, lo que reduce el flujo de agua hacia áreas vulnerables. La incorporaciones de prácticas de manejo de suelo, zanjas de infiltración, y manejo de las áreas agrícolas, incrementa la capacidad del suelo para infiltrar y aborver el agua y reducir la cantidad de agua que escurre hacia las zonas más bajas. Estas prácticas son particularmente importantes en las zonas montañosas del país. 

En resumen, las soluciones basadas en la naturaleza son una opción sostenible y rentable para mitigar los impactos de las inundaciones. La implementación de estas soluciones no solo reduce el riesgo de inundaciones, sino que también proporciona una amplia gama de beneficios ecosistémicos. Por tanto, la planificación local debería incluir estos criterios y establecer estas zonas de manejo especial para que el desarrollo de obras viales y asentamientos humanos consideren estas soluciones al momento de su implementación. 

Les recomiedo la lectura de los siguientes que detalla este fenómeno en España y Colombia:
"Sorprendentemente las zonas inundables... se inundan." El Mundo España.

"Las inundaciones: de proceso natural a catástrofe humana." UN Periódico. Universidad Nacional de Colombia. 

Calles, J. (Fecha de visita). Las inundaciones, más allá de la infraestructura. Obtenido de: https://agua-ecuador.blogspot.com/2017/05/las-inundaciones-mas-alla-de-la.html Blog El Agua en el Ecuador.

jueves, 23 de agosto de 2012

Los bosques y el agua

Seguramente han escuchado, leído o les han contado que los árboles atraen el agua o producen agua. Esta es una afirmación casi generalizada cuando se habla de los árboles y bosques y su relación con el agua y en la creencia general casi se toma como un hecho. Sin embargo, este tema tiene que ser analizado y comprendido en todas las dimensiones para entender como los árboles usan y regulan el ciclo hidrológico. 
La FAO en su publicación 155 "Los bosques y el agua" señalan que "la investigación de hidrología forestal de hoy señala que la idea de que más árboles es igual a más agua (que inspiró la mayor parte de la política forestal e hidrológica) se basa en una concepción incorrecta del ciclo hidrológico en los ecosistemas forestales que, en realidad, consumen una gran cantidad de agua". La aplicación literal de "más árboles es igual a más agua" ha llevado a comenter errores grandes en los ecosistemas del mundo. En el Ecuador, la introducción de pinos en ecosistemas naturalmente ausentes de pinos ha mostrado un cambio en la disponibilidad de agua en esas cuencas como lo ha demostrado estudios realizados en el austro ecuatoriano.

Revisaremos algunas preguntas que pueden ayudar a aclarar este tema.

1) ¿Los bosques producen agua?
No, al igual que todos los organismos vivientes los árboles consumen agua. Dependiendo de la ubicación latitudinal y altitudinal de los árboles pueden consumir más o menos agua. Un árbol ubicado en el bosque húmedo tropical amazónico consume más agua que uno ubicado a 2000 metros en los andes. El consumo de agua depende también de la edad del árbol, los árboles en crecimiento consumen más agua que los árboles maduros. Comparativamente, los bosques consumen más agua que los pastos. El consumo de agua por parte de los bosques depende de la precipitación y temperatura donde se ubiquen los bosques. 

2) ¿Los bosques mejoran la calidad del agua?
Si, con algunas limitantes. Los bosques al mejorar la cobertura del suelo y retener con sus raíces el suelo, reduce la entrada de sedimentos en los cuerpos de agua, ayuda a aumentar la infiltración y por tanto reduce la velocidad de ingreso del agua proveniente de la lluvia a los ríos. En las zonas de recarga de acuíferos es fundamental mantener la cobertura boscosa para facilitar la infiltración del agua hacia los acuíferos.  Otro de los beneficios de la conservación de los bosques, especialamente los de ribera, es la protección de los cauces de los ríos, su presencia evita la destrucción de las orillas, funciona como un filtro de nutrientes provenientes de áreas de cultivos y es un refugio para las especies silvestres.

3) ¿Cómo ayudan los bosques a regular el ciclo hidrológico?
Como premisa, la presencia de bosques maduros siempre ayudarán a mantener en mejor condición la regulación de agua en las cuencas, ya que su desarrollo histórico se ha adaptado a las condiciones ambientales de la cuenca. Por esta razón, es mejor prevenir que lamentar, en los lugares en los cuales se mantiene la cobertura de bosques es mejor conservarla ya que los procesos de reforestación pueden provocar efectos adversos a los que se quieren lograr.  La mejor manera como aportan los bosques a regular el ciclo hidrológico es a través de la infiltración del agua hacia el subsuelo, además aumentan la superficie de absorción de agua y neblina con sus ramas y hojas. Estos procesos son especialmente importantes en los bosque nublados de los Andes. 
Bosque y neblina en el río Quijos
Por tanto, cuando se planteen programas de reforestación se deben considerar las consecuencias que las plantaciones pueden tener sobre el ciclo hidrológico. Hay que recordar que una plantación forestal en monocultivo NO es un bosque. Los bosques tienen valores muy altos de biodiversidad, lo cual no se puede comparar con un monocultivo de árboles. La conservación y manejo sustentable de los bosques debe considerar como un eje prioritario su relación con el ciclo hidrológico.