jueves, 18 de septiembre de 2014

Hidroeléctricas: ¿Pocas de gran capacidad o muchas de pequeña capacidad?

Con el crecimiento poblacional la demanda energética crece cada día en el Ecuador y el mundo. A diferencia de la tasa de crecimiento poblacional que en el Ecuador es del 1,52% anual, aproximadamente 18,24% en 12 años. En el mismo periodo, el crecimiento del consumo eléctrico pasó de 607 kWh/hab a 1054 kWh/hab anuales entre el año 2000 y 2012 (CONELEC, 2014), es decir un 58% de crecimiento. La demanda de energía eléctrica crece 3 veces más rápido que el número de personas en el Ecuador. Esta es una situación que se presenta por la mayor cantidad de aparatos eléctricos que poseemos en nuestros hogares y el crecimiento de las ciudades. El consumo en las industrias y en los hogares es el que más ha crecido en el país. 

Fuente: CONELEC, 2014

La demanda de energía eléctrica ha llevado al Ecuador a la construcción de varias centrales hidroeléctricas y el gobierno apuesta a generar en el 2016 el 90% de la energía eléctrica de los ecuatorianos a partir de proyectos hidroeléctricos (CELEC, 2014). Es aquí donde se juntan la necesidad de energía y la capacidad de los ecosistemas para regular la cantidad de agua que requieren todos los proyectos hidroeléctricos a niel nacional. En estas condiciones también surge la pregunta si ¿es mejor tener pocos proyectos hidroeléctricos que generen miles de megavatios por hora como Paute o muchos proyectos hidroeléctricos que generen pocos megavatios por hora?. Esta pregunta tienen muchas implicaciones sociales, ambientales, y económicas para el Ecuador y para la protección de los ecosistemas.  

Tipos de centrales hidroeléctricas
La necesidad de agua de cada central hidroeléctrica depende del diseño de la captación de agua que se defina para su construcción. El diseño depende de la disponibilidad de agua de la cuenca, las condiciones geológicas y los presupuestos disponibles. En el Ecuador se cuenta principalmente con 2 tipos de hidroeléctricas:

1) De agua fluyente o a filo de río. Estas centrales utilizan el agua disponible en el río, depende enteramente de la variación de caudales en la cuenca en donde se ubica. El proyecto Coca Codo Sinclair es un ejemplo de este tipo de central en Ecuador.


2) De embalse. Estas centrales utilizan un embalse para almacenar agua y pueden regular la cantidad de agua que se utiliza para la generación y pueden generar energía durante tiempos más prolongados si hay suficiente agua de reserva en el embalse. La central de Paute es de este tipo.
Fuente: CELEC, 2014
En el portafolio de proyectos hidroeléctricos se contemplan los proyectos construidos, en proyecto o en construcción. En el Ecuador existen un total de 54 hidroeléctricas en funcionamiento y 168 proyectos en construcción, desarrollo o portafolio. Los proyectos se encuentran principalmente ubicados en la vertiente amazónica del Ecuador. El siguiente mapa ilustra la ubicación de los proyectos a nivel nacional.


Ver mapa más grande Mapa de ubicación de proyectos hidroeléctricos en el Ecuador.


Efectos de las hidroeléctricas
Los efectos tanto positivos como negativos de las hidroeléctricas está ampliamente documentado a nivel mundial y en el neotrópico (M.P. McCartney, C. Sullivan and M.C. Acreman,2001; McCully, 2004; Anderson, et al. 2006; Finer y Jenkins, 2012). De los estudios realizados a nivel mundial se conoce que los principales efectos documentados son los siguientes:

- Pérdida de la conectividad longitudinal, río arriba con río abajo.
- Interrupción de los flujos migratorios de peces.
- Retención de sedimentos.
- Producción de gases de efecto invernadero, especialmente metano.
- Alteración del caudal ecológico y cambios en el régimen de los caudales.
- Deforestación asociada a la apertura de vías para la construcción de embalses y casas de máquinas.

Estos efectos se presentan tanto en hidroeléctricas pequeñas como grandes, la magnitud de los efectos son proporcionales al tamaño de las represas. En todos los casos en la fase de construcción se presentan los principales impactos, sin embargo durante la operación surgen los problemas relacionados a la producción de metano, acumulación de sedimentos, proliferación de especies invasivas especialmente en los embalses.

En muchos casos los ríos pequeños son los que mayores niveles de endemismo presentan y por tanto los efectos de la construcción de hidroeléctricas pequeñas en estos ríos puede representar la extinción de especies adaptadas a ambientes muy específicos. El caso del río Topo en Tungurahua con la presencia de la especie endémica Myriocolea irrorata es un ejemplo de una especie que crece únicamente en ríos de tamaño pequeño como el Topo que es un tributario del río Pastaza.

Otro caso en el cual la construcción de una hidroeléctrica "pequeña" es el del río Jondachi en la provincia de Napo. Este río es uno de los que mejor estado de conservación presenta y es un destino turístico muy importante para el desarrollo de actividades como kayak o rafting. El impulso del turismo en ríos como el Jondachi depende del mantenimiento del flujo natural del río y probablemente los beneficios de la hidroléctrica en términos de producción de electricidad se vean opacados por la pérdida de este escenario paisajistico y turístico de beneficio para las comunidades locales. 

En el Ecuador, el embalse que mayores impactos ambientales ha producido es la presa Daule-Peripa cuya contrucción desplazó a cientos de familias, inundó miles de hectareas y en la actualidad afronta problemas de reproducción masiva de lechuguines en el espejo de agua. Además, los fines para los que fue construida en los años 80 no se han cumplido en su totalidad.

Los proyectos hidroeléctricos que utilizan 2 o 3 veces el mismo caudal en una misma cuenca como el caso del río Paute o de Agoyán y San Francisco puede ser una opción más efectiva en terminos de generación de energía y de conservación de los ecosistemas. Esto es posible ya que se reduce la presión sobre otras cuencas que están en muy buen estado de conservación. 

Cambio climático
La generación hidroeléctrica dependerá de las condiciones climáticas futuras y el éxito o fracaso de los proyectos dependerá en gran parte de las condiciones del clima en escenarios de cambio climático. Las hidroeléctricas a filo de río son las más vulnerables a este fenómeno pues dependen completamente de la capacidad de regulación de los ecosistemas de páramo y bosque para el mantenimiento de los caudales de generación.

Ríos protegidos
El Ecuador posee un total de 52 áreas protegidas continentales que cubren aproximadamente el 20% del país. Sin embargo, estas áreas protegidas no se definieron considerando las conexiones entre los diferentes pisos altitudinales y más bien son islas de conservación en medio de áreas altamente intervenidas y degradadas. Los Parques Nacionales Cayambe-Coca, Reserva Antisana, Llanganates  o Sangay se presentan como islas de conservación en medio de un mosaico de producción agrícola y ciduades. Por esta razón es importante considerar la conectivadad longitudinal entre las zonas altas y bajas de los ríos y las áreas protegidas que permitan mantener la conectividad y el flujo de las especies acuáticas. Una de las alternativas para mantener esta conectividad es mediante los corredores riparios. Además, es importante que el Ecuador considere el establecimiento de ríos patrimoniales y protegidos que por su importancia cultural, social, económica y ecológica se mantengan libres de represas en su cauce. En la actualidad el Ecuador no ha considerado incluir un sistema  de rios protegidos lo cual debería ser una prioridad para el mantenimiendo de los valores previamente mencionados. 

Perspectivas
Es necesario priorizar los proyectos hidroeléctricos y su ubicación para construir aquellos que tenga el menor impacto posible y descartar proyectos que aunque sean pequeños en términos de generación eléctrica tienen efectos muy grandes sobre especies endémicas o actividades turísticas sustentables.

Se requiere contar con datos actualizados sobre el régimen hidrológico y su relación con las características ecológicas de los ríos antes de iniciar la construcción de este tipo de proyectos. Además, ningún proyecto hidroeléctrico debería ejecutarse sin contar con un análisis de los efectos del cambio climático sobre las cuencas en las cuales se ubican dichos proyectos.

Pero como en todos los casos, las acciones individuales son las que determinan los efectos en el ambiente en zonas muy distantes de nuestros hogares. Controlar el consumo eléctrico, incrementar la eficiencia y reducir el desperdicio de energía en nuestras casas tiene una relación directa con la conservación del agua y de los ecosistemas.

domingo, 10 de agosto de 2014

Ganadería, páramos, agua y cambio climático

Pensar en estos 4 factores juntos hacen de antemano temer consecuencias no muy favorables para el medio ambiente. La ganadería en la mayoría de sus formas es responsable del cambio de uso de suelo en todos los ecosistemas del Ecuador. Las zonas costeras de Manabí y Esmeraldas, las estribaciones andino amazónicas, los valles andinos y ultimamente los páramos se han convertido en el espacio para el desarrollo de la ganadería a diferentes escalas y formas de manejo. 

Además del cambio del uso del suelo, de bosque o ecosistemas naturales a pastizales, las preocupaciones relacionadas a la ganadería están relacionadas al aumento de sedimentos en los ríos, contaminación por coliformes fecales, pisoteo y compactación del suelo, generación de gases de efecto invernadero entre los efectos más importantes. 

De todos los ecosistemas mencionados uno sobre los cuales existe una mayor preocupación son los páramos andinos. En el Ecuador, en los últimos años existe una tendencia creciente a implementarse sistemas ganaderos en los páramos sobre los 3500 metros de altitud. Esta tendencia puede tener consecuencias adversas sobre este ecosistema pero puede ser la medida de adaptación al cambio climático que las comunidades locales están adoptando. Cuando pensamos en medidas de adptación al Cambio climático, la ganadería en los páramos debería ser la última o desde una perspectiva más fuerte de conservación no debería haber ganadería a esta altitud. Sin embargo, hay algunas razones que explican el porque las comunidades han adoptado esta actividad para adaptarse al cambio climático.
Actividad ganadera en los páramos de Tungurahua. Foto: Juan Calles L.
1) Estabilidad de precio de la leche
La producción agrícola tradicional en los páramos de productos como papas, ajo, cebolla, ocas, etc. está muy condicionada a las variaciones de precio en el mercado. En muchos casos los agricultores no logran cubrir los costos de producción y los rendimientos son muy inestables debidos al clima y la disponibilidad de agua. A diferencia de estos productos, el precio de la leche se ha mantenido estable en los últimos años y debido al incremento de la clase media ecuatoriana, los niveles de consumo de lácteos se ha incrementado. Esto posibilita al campesino de los páramos a recibir un precio estable por la venta de la leche cada quince días o semanalmente. A pesar de los bajos rendimientos registrados en estas zonas, la estabilidad del precio ha provocado que los productores locales cambien sus cultivos agrícolas por pastos para ganadería de leche. Los campesinos prefieren mantener una actividad con ingresos seguros a lo largo del tiempo.  

2) Menor requerimiento de mano de obra
Contrario a lo que se necesita para el cultivo de productos agrícolas, la producción ganadera requiere en promedio menor de mano de obra para su desarrollo. Los productores locales además indican una menor disponibilidad de mano de obra para las labores agrícolas lo que también ha llevado a cambiar la agricultura por la ganadería. La migración de los pobladores rurales a las zonas urbanas del país dificultan conseguir suficiente mano de obra para las labores agrícolas intensivas.

3) Mayor resistencia de los pastizales a la inestabilidad climática
Los habitantes de los páramos reconocen el cambio del clima, especialmente la variación de las épocas de lluvia, lo que dificulta la planificación de la épocas de cultivo y cosecha. Esta realidad está estrechamente relacionada a la disponibilidad de agua en el páramo. Debido a los requerimientos más altos de agua en las zonas bajas, la cantidad de agua disponible en los páramos se reduce con el tiempo ya que el agua es trasvasada o transportada para su uso en zonas más bajas. En estas condiciones los pastos plantados son más resistentes a heladas y la variación climática a esta altura. Los requerimientos de agua de los pastos son menores que la de los cultivos tradicionales como las papas.

Por otro lado, además de los beneficios potenciales para las comunidades están los efectos negativos sobre las formas de producción locales.

1) Pérdida de agrobiodiversidad
Los cultivos andinos tradicionales como oca, mashua, quinua, amaranto, entre otras se están dejando de cultivar y están siendo reemplazadas por pastizales para ganadería. Este cambio en las prácticas productivas reduce el conocimiento tradicional en el manejo de las semillas de estas especies. En este contexto, los productos andinos consumidos tradicionalmente por las poblaciones locales corren el riesgo de perderse o reducir su producción en estas áreas. Esto tendrá un efecto negativo sobre la seguridad alimentaria de los pobladores de los páramos. Esto trae como consecuencias que estos y otros productos tengan que ser adquiridos en los mercados más cercanos a las poblaciones ganaderas de páramo. 

2) Dependencia de un monocultivo
Como todo monocultivo, la elevada dependencia del ingreso económico de las familias dedicadas a la ganadería de leche se puede ver afectado de existir un cambio en la tendencia nacional de consumo de leche, cambios en la política de importaciones de leche u otras modificaciones del mercado, puede dejar a miles de familias sin su principal ingreso. 

3) Contaminación del agua
La presencia de ganado en los sitios de captación de agua para riego y consumo humano provoca el ingreso de coliformes fecales y sedimentos en estos lugares. Esto se convierte en un problema de salud pública ya que muchas comunidades de páramo consumen el agua sin ningún tipo de tratamiento.

4) Alteración del suelo del páramo
El pisoteo del ganado en las zonas de recarga hídrica y las zonas de páramo en general reducen la capacidad de los suelos para almacenar agua y regular el ciclo hidrológico. El suelo del páramo es muy frágil al pisoteo del ganado y su presencia puede alterar las condiciones físicas del suelo.

En este escenario se requiere una reflexión profunda sobre los desafíos del desarrollo de la actividad ganadera en el páramo, más aun cuando se plantean programas como la ganadería sustentable a ser implementadas en este importante ecosistema.  Es clave considerar que en los hechos las poblaciones locales se han adaptado y se adaptan a las variaciones climáticas y que sus actividades deben estar acompañadas de una asistencia técnica adecuada que no permita que los páramos pasen de pastizales naturales a pastizales cultivados con todas las consecuencias indicadas.

Dadas las condiciones climáticas actuales ¿es posible pensar en la ganadería como una Medida de Adaptación al Cambio Climático en los páramos? ¿Bajo qué condiciones? ¿Quién definirá el límite altitudinal para el desarrollo de la ganadería? ¿Los beneficios económicos compensarán la pérdida de servicios ecosistémicos?. Estas y muchas otras preguntas surgen y se requiere de información de campo sobre la cantidad de agua, tipo de ganadería, capacidad de carga y demás temas que requieren ser puntualizados para abordar este tema de gran importancia para la conservación del páramo, el desarrollo de las comunidades y el mantenimiento de la provisión de agua desde los páramos.

Agradecemos citar como: 
Calles, J. (Fecha de visita). Ganadería, páramos, agua y cambio climático. Recuperado de http://www.agua-ecuador.blogspot.com/2014/08/ganaderia-paramos-agua-y-cambio.html 

viernes, 14 de marzo de 2014

El agua embotellada y la desconfianza

En una entrada previa se presentó algunas reflexiones sobre el agua embotellada y la tendencia creciente de su consumo que va contra toda lógica de sustentabilidad. Para continuar con el análisis de este tema es importante contar con información sobre el hábito de consumo de  agua embotellada de los ecuatorianos. A finales del año anterior se hicieron públicos los resultados del Censo de Población y Vivienda del Ecuador (INEC, 2010). Una de las preguntas que se realizó en el censo fue "Procedencia de agua para tomar" y las opciones de esta pregunta fueron:

1) La beben tal como llega al hogar.
2) La hierven.
3) Le ponen cloro
4) La filtran
5) Compran agua purificada

El punto 5 es sin duda el que llamó mi atención pues el agua "purificada" básicamente es agua "embotellada", osea agua envuelta en petróleo. Su consumo tiene diferentes causas a nivel de los hogares en el país. Algunas de las causas son las siguientes:

- Falta de agua de servicio público en los hogares.
- Lejanía de los hogares a las redes públicas.
- Desconfianza en la calidad del agua que reciben en sus viviendas.
- Desconocimiento de la calidad del agua.

En el siguiente mapa se puede apreciar los cantones del Ecuador y el porcentaje de hogares que consumen agua embotellada en los hogares de cada cantón.

La reflexión sobre este tema es que el consumo de agua embotelladada en ciudades como Quito o Cuenca, que tienen muy buenos sistemas de potabilización y control de calidad de sus procesos, se debe básicamente a la desconfianza en las empresas de agua y proveedores de agua en general. Han existido casos de contaminación de agua con heces fecales en algunas ciudades del Ecuador. Esto ha provocado que la población cada día consuma agua embotellada a pesar de contar con agua de buena calidad y segura en sus hogares.

También tenemos el otro extremo, poblaciones que carecen de todo tipo de potabilización y que reciben "agua entubada" es decir agua sin tratamiento y que en muchos casos contiene contaminantes orgánicos e inorgánicos. Y son precisamente las poblaciones más pobres del país las que no cuentan con sistemas eficientes de desinfeccion y tratamiento de agua. En estas poblaciones se requiere un esfuerzo del gobierno central y los municipios para apoyar a las juntas administradoras de agua y a las empresas de ciudades medianas y pequeñas del país para garantizar agua de buena calidad para todos los pobladores. 

Opciones para el agua embotellada
En algunos casos es suficiente la instalación de filtros caseros de carbón activado disponibles en el mercado que resultan a la larga mucho más económicos que la compra de botellones de agua que pueden llegar a costar entre 2 y 3 dólares dependiendo de la accesibilidad del sitio. 

Si desconfía de la calidad del agua que llega a su hogar hiérvala por 5 minutos, esto será suficiente para eliminar cualquier bacteria que podría provocarle alguna enfermedad. 

Adquiera un recipiente de plástico o metal de buena calidad para trasnporte de agua que puede costar $8.

Aprenda sobre la calidad del agua que recibe

Averigue la calidad del agua de su ciudad, poblado o localidad, solicite información en su municipio o proveedor de agua. Conoza los lugares de donde proviene el agua a su hogar. Conocer la calidad del agua permitirá que confiemos más en los proveedores de agua de nuestros hogares.  Es también nuestra obligación solicitar el mejoramiento de las redes de agua que garanticen nuestra salud.
El costo del agua embotellada

Finalmente, si las razones ambientales no le preocupan, pues de pronto si le preocupa su economía. La próxima vez que paguen su cartilla de agua fíjense en el valor que pagan, en la ciudad de Quito, por ejemplo, se paga a nivel residencial un promedio de $0,58 dólares por cada metro cúbico incluyendo gastos de administración y otras tasas, es decir $ 0,58 por 1000 litros de agua. Si comparamos esto con el valor que pagamos por el agua embotellada en botellón considerando un valor de $3 por cada 20 litros esto representa 256 veces el valor de cada litro de agua embotellada. Si compraríamos 1000 litros de agua embotellada deberíamos pagar $150. 

Por otro lado está el costo ambiental del transporte de agua que en algunos casos de cientos de kilómetros al interior del país. A pesar de que un porcentaje de botellas se puede reciclar, en Ecuador una buena parte de las botellas terminan en los ríos, quebradas, y rellenos sanitarios. Los costos del manejo de estos desechos caen sobre esos municipios con poco recursos y no sobre los generadores de las botellas.