La época invernal ha vuelto, y con ello muchos problemas en la red vial, inundaciones y pérdidas económicas. Sin embargo, muy poca de la lluvia es aprovechada en nuestros hogares. Pero este tema de las lluvias también me lleva a preguntar ¿Por qué no usamos el agua de lluvia?. La cantidad de agua que cae sobre cualquier parte del planeta se mide en milímetros (mm), cada milímetro de lluvia equivale a un litro de agua por metro cuadrado. Considerando este dato, por ejemplo, en el Distrito Metropolitano de Quito la cantidad de agua que cae cada año varía entre 400 y 2800 mm dependiendo de la zona del distrito en la que nos encontremos (Figura 1).
Considerando esto, si vivimos en el valle de los Chillos, la cantidad de agua que cae cada año es aproximadamente 1600 mm, esto significa que si pudiéramos colectar toda el agua que cae sobre una casa con un techo de 25 metros cuadrados, esa familia podría recolectar un total de 40 000 litros cada año, es decir 40 metros cúbicos. Un ahorro de aproximadamente 40 dólares anuales en nuestro consumo de agua.
Si realizamos la misma comparación para una persona que habita la zona de Calderón en donde llueve un promedio de 800 mm al año, una familia podría recolectar un total de 20 000 litros (20 metros cúbicos).
El agua de lluvia tiene condiciones óptimas para utilizarse en actividades cotidianas como el lavado de los autos, el baño de las mascotas, la limpieza de los patios, el regadío de las plantas y jardines, para usarse en los escusados/retreres/inodoros. Entonces, ¿por qué no lo hacemos?, seguramente esto se relaciona a la abundancia de agua con la que cuenta la ciudad de Quito y otras ciudades de los Andes de Ecuador. Pero también existe una falta de legislación local para obligar a los edificios en construcción, unidades educativas y urbanizaciones nuevas a incluir este tipo de sistemas de colección de agua en sus planes de construcción. Esto ayudaría a reducir la necesidad de traer cada día más agua desde la vertiente oriental de los Andes con todos los costos que esto representa tanto ambiental como económicamente.
Durante la época invernal, se podría reducir en al menos un 20% o más el consumo de agua de la ciudad si se pudieran establecer medidas de cosecha de agua en los techos de edificios y casas. Esto significaría un gran ahorro para la ciudad en transporte y potabilización del agua.
Siempre hay opciones para aportar desde nuestros hogares y negocios a reducir el consumo de agua. La cosecha de agua lluvia es una opción para ahorrar algo de dinero y aprovechar este recurso cada vez más escaso.
Les invito a utilizar esta calculadora para saber cuanta agua pueden colectar en sus techos o terrazas. Todos podemos aprovechar mejor los recursos naturales y aportar a la sostenibilidad de nuestro planeta.